Los disfraces de películas nos llevan a terrenos insospechados donde pasamos a la fantasía de creernos el personaje, de vivirlo y que sus tics, frases o dejes más conocidos se apoderen de nuestro cuerpo. Vestirse como estrellas. Quien no ha pronunciado alguna vez mirando al espejo “¿me hablas a mí?” como el personaje de Taxi Driver. O la famosísima frase de ET El extraterrestre. Si nos ponemos a soñar, podemos ser grandes héroes, personajes de épocas, infantiles y de cuentos más lúdicos o incluso de personajes mangas. Quién no ha bailado como los personajes de Grease y se ha creído ser Danny Zuko o Sandy Olsson en algún momento de su vida.
Podrías ser una película romántica, una película del oeste, de miedo, comedia, o un thriller apasionante. Los disfraces medievales nos transportan a épocas como la de Robín Hood. Quizás seas más del film protagonizado por Kevin Costner o del que da vida Rusell Crouse. Películas más divertidas como la maravillosa “Los caballeros de la mesa cuadrada”. ¿Y tú qué película elegirías ser?
